Fluidez sexual

La fluidez sexual se refiere a uno o más cambios en la sexualidad o identidad sexual (a veces conocida como identidad de orientación sexual). En palabras de la psicóloga Lisa Diamond, a quien se le atribuye el término, se refiere a una «capacidad de cambio dependiente de la situación de las atracciones sexuales propias»[1]​que permite a las personas experimentar flexibilidad en el deseo hacia el sexo propio o hacia el otro sexo, tanto a corto como a largo plazo.[2]​ Para la gran mayoría de personas la orientación sexual es estable e invariable, pero algunos estudios han mostrado que algunas personas pueden experimentar cambios en su orientación sexual, y que esto es ligeramente más probable en el caso de las mujeres que en el de los hombres.[3]​ A la vez, no hay evidencia científica de que la orientación sexual pueda cambiarse por medio de la psicoterapia.[4][5]​ La identidad sexual puede cambiar a lo largo de la vida de una persona y no tiene por qué alinearse con el sexo biológico, la conducta sexual ni la orientación sexual real. [6][7][8]

De acuerdo con el consenso científico contemporáneo, la orientación sexual no es una elección. [9][10][11]​ Si bien no existe un consenso sobre las causas exactas de las que depende el desarrollo de la orientación sexual, se han examinado influencias genéticas, hormonales, sociales y culturales.[11][12][13]​ La opinión científica considera que es el resultado de una compleja interacción de influencias genéticas, hormonales y ambientales.[9][11][13]​ Aunque ninguna teoría específica sobre la causa de la orientación sexual ha obtenido apoyo generalizado, la comunidad científica respalda teorías con base biológica.[9][14]​ Investigaciones realizadas durante varias décadas han demostrado que la orientación sexual puede ubicarse en cualquier punto de un continuo, desde la atracción exclusiva hacia el sexo opuesto hasta la atracción exclusiva hacia el mismo sexo.[15]

En un estudio longitudinal a gran escala de 2012 se encontró que era más común que la identidad de orientación sexual (esto es, el término o rótulo utilizado por una persona para identificar su estatus sexual: gay, lesbiana, bisexual, heterosexual) se mantuviera estable a lo largo de un período de seis años a que cambiara, y que la estabilidad era mayor entre hombres y entre quienes se identifican como heterosexuales.[16]​ Si bien es más común la estabilidad que el cambio en la orientación sexual, cambios en la identidad de orientación sexual ocurren y la gran mayoría de las investigaciones sugiere que la sexualidad femenina es más fluida que la masculina. Esto se ha atribuido a diferentes factores, particularmente a una mayor plasticidad erótica de las mujeres (es decir, es el grado en que el deseo sexual puede modificarse por factores culturales o sociales) o a factores socioculturales que socializan a las mujeres para que estén más abiertas a tales cambios.[17]​ Debido a las diferencias sexuales en la estabilidad de la identidad de orientación sexual, es posible que las sexualidades masculina y femenina no funcionen a través de los mismos mecanismos. Los investigadores continúan analizando la fluidez sexual para determinar mejor su relación con subgrupos de orientación sexual (es decir, bisexuales, lesbianas, gais, etc.).

El uso del término fluidez sexual se ha atribuido a la psicóloga estadounidense Lisa M. Diamond .[18][19]​ El término y el concepto han ganado reconocimiento en la psicología académica[20]​ y en los medios.

  1. Fischer, Nancy, ed. (2016). Introducing the new sexuality studies: 3rd edition (Third edition edición). Routledge, Taylor & Francis Group. ISBN 978-1-138-90293-0. 
  2. Diamond, Lisa M. (2016-12). «Sexual Fluidity in Male and Females». Current Sexual Health Reports (en inglés) 8 (4): 249-256. ISSN 1548-3584. doi:10.1007/s11930-016-0092-z. Consultado el 19 de marzo de 2024. 
  3. Bailey, J. Michael; Vasey, Paul; Diamond, Lisa; Breedlove, S. Marc; Vilain, Eric; Epprecht, Marc (2016). «Sexual Orientation, Controversy, and Science». Psychological Science in the Public Interest 17 (2): 45-101. PMID 27113562. doi:10.1177/1529100616637616. Archivado desde el original el 28 de diciembre de 2019. Consultado el 28 de junio de 2019. «Sexual fluidity is situation-dependent flexibility in a person's sexual responsiveness, which makes it possible for some individuals to experience desires for either men or women under certain circumstances regardless of their overall sexual orientation....We expect that in all cultures the vast majority of individuals are sexually predisposed exclusively to the other sex (i.e., heterosexual) and that only a minority of individuals are sexually predisposed (whether exclusively or non-exclusively) to the same sex.» 
  4. American Psychological Association (2012). «Guidelines for Psychological Practice With Lesbian, Gay, and Bisexual Clients». American Psychologist 67 (1): 10-42. PMID 21875169. doi:10.1037/a0024659. Archivado desde el original el 16 de junio de 2019. Consultado el 23 de junio de 2019. «Therapeutic efforts to change sexual orientation have increased and become more visible in recent years (Beckstead & Morrow, 2004). Therapeutic interventions intended to change, modify, or manage unwanted nonheterosexual orientations are referred to as "sexual orientation change efforts" (SOCE; APA, 2009b). [...] Reviews of the literature, spanning several decades, have consistently found that efforts to change sexual orientation were ineffective (APA, 2009b; Drescher, 2001; Haldeman, 1994; T. F. Murphy, 1992).» 
  5. «Royal College of Psychiatrists' Position Statement on Sexual Orientation». Royal College of Psychiatrists. Archivado desde el original el 29 de junio de 2019. Consultado el 21 de junio de 2019. «The College believes strongly in evidence-based treatment. There is no sound scientific evidence that sexual orientation can be changed. Systematic reviews carried out by both the APA and Serovich et al suggest that studies which have shown conversion therapies to be successful are seriously methodologically flawed.» 
  6. Sinclair, Karen, About Whoever: The Social Imprint on Identity and Orientation, NY, 2013 ISBN 9780981450513
  7. Rosario, M.; Schrimshaw, E.; Hunter, J.; Braun, L. (2006). «Sexual identity development among lesbian, gay, and bisexual youths: Consistency and change over time». Journal of Sex Research 43 (1): 46-58. PMC 3215279. PMID 16817067. doi:10.1080/00224490609552298. 
  8. Ross, Michael W.; Essien, E. James; Williams, Mark L.; Fernandez-Esquer, Maria Eugenia. (2003). «Concordance Between Sexual Behavior and Sexual Identity in Street Outreach Samples of Four Racial/Ethnic Groups». Sexually Transmitted Diseases (American Sexually Transmitted Diseases Association) 30 (2): 110-113. PMID 12567166. doi:10.1097/00007435-200302000-00003. 
  9. a b c Frankowski B.L.; American Academy of Pediatrics Committee on Adolescence (junio de 2004). «Sexual orientation and adolescents». Pediatrics 113 (6): 1827-32. PMID 15173519. doi:10.1542/peds.113.6.1827. Archivado desde el original el 20 de marzo de 2013. Consultado el 24 de junio de 2015. «The mechanisms for the development of a particular sexual orientation remain unclear, but the current literature and most scholars in the field state that one's sexual orientation is not a choice; that is, individuals do not choose to be homosexual or heterosexual. A variety of theories about the influences on sexual orientation have been proposed. Sexual orientation probably is not determined by any one factor but by a combination of genetic, hormonal, and environmental influences.» 
  10. Gloria Kersey-Matusiak (2012). Delivering Culturally Competent Nursing Care (en inglés). Springer Publishing Company. p. 169. ISBN 978-0826193810. Consultado el 10 de febrero de 2016. «Most health and mental health organizations do not view sexual orientation as a 'choice.'». 
  11. a b c Mary Ann Lamanna; Agnes Riedmann; Susan D Stewart (2014). Marriages, Families, and Relationships: Making Choices in a Diverse Society (en inglés). Cengage Learning. p. 82. ISBN 978-1305176898. Consultado el 11 de febrero de 2016. «The reason some individuals develop a gay sexual identity has not been definitively established  – nor do we yet understand the development of heterosexuality. The American Psychological Association (APA) takes the position that a variety of factors impact a person's sexuality. The most recent literature from the APA says that sexual orientation is not a choice that can be changed at will, and that sexual orientation is most likely the result of a complex interaction of environmental, cognitive and biological factors...is shaped at an early age...[and evidence suggests] biological, including genetic or inborn hormonal factors, play a significant role in a person's sexuality (American Psychological Association 2010).» 
  12. «Answers to Your Questions For a Better Understanding of Sexual Orientation and Homosexuality». American Psychological Association. Archivado desde el original el 20 de enero de 2019. Consultado el 9 de febrero de 2016. 
  13. a b Wiscarz Stuart, Gail (2014). Principles and Practice of Psychiatric Nursing (en inglés). Elsevier Health Sciences. p. 502. ISBN 978-0323294126. Consultado el 11 de febrero de 2016. «No conclusive evidence supports any one specific cause of homosexuality; however, most researchers agree that biological and social factors influence the development of sexual orientation.» 
  14. Bailey J. M., Vasey P. L., Diamond, L. M., Breedlove, S. M., Vilain, E., Epprecht, M. (2016). «Sexual Orientation, Controversy, and Science». Psychological Science in the Public Interest 17 (21): 45-101. PMID 27113562. doi:10.1177/1529100616637616. 
  15. «Sexual orientation, homosexuality and bisexuality». American Psychological Association. Archivado desde el original el 8 de agosto de 2013. Consultado el 10 de agosto de 2013. 
  16. Savin-Williams, R.C.; Joyner, K.; Rieger, G. (2012). «Prevalence and stability of self-reported sexual orientation identity during young adulthood». Archives of Sexual Behavior 41 (1): 1-8. PMID 22302504. doi:10.1007/s10508-012-9913-y. 
  17. Baumeister, R.F. (2000). «Gender differences in erotic plasticity: the female sex drive as socially flexible and responsive». Psychological Bulletin 126 (3): 347-374. PMID 10825779. doi:10.1037/0033-2909.126.3.347. 
  18. Weiten, Wayne; Dana S. Dunn; Elizabeth Yost Hammer (2016). Psychology Applied to Modern Life: Adjustment in the 21st Century (en inglés). Cengage Learning. p. 341. ISBN 978-1337517072. Consultado el 4 de abril de 2017. 
  19. Robert L. Crooks; Karla Baur (2016). Our Sexuality (en inglés). Cengage Learning. p. 298. ISBN 978-1305887428. Consultado el 4 de abril de 2017. 
  20. Katz-Wise, Sabra L.; Todd, Kieran P. (2022-12). «The current state of sexual fluidity research». Current Opinion in Psychology (en inglés) 48: 101497. PMC 10289116. PMID 36401908. doi:10.1016/j.copsyc.2022.101497. Consultado el 13 de marzo de 2024. 

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